Cuando hablamos de odontología, es normal que muchos no asocien la fisioterapia a esta disciplina. Sin embargo, suelen ir de la mano en frecuentes ocasiones. El trabajo conjunto de odontólogos y fisioterapeutas es clave para la recuperación total de muchas patologías bucodentales. Te recomendamos que leas este artículo para que conozcas las claves de esta relación.
Fisioterapia y odontología tienen una relación mucho más estrecha de lo que se puede pensar en un principio. Y es que no podemos considerar los dientes como piezas aisladas, sino que están conectados con nuestros huesos y músculos.
Fundamentalmente, la fisioterapia desarrolla un papel de trabajo educativo, preventivo y terapéutico de las alteraciones funcionales del aparato masticatorio, ayudando a conseguir un correcto equilibrio postural del cuerpo y de la articulación de la mandíbula, también conocida como articulación temporo-mandibular o ATM.
¿Qué beneficios se consiguen con la fisioterapia aplicada a la odontología?
La fisioterapia ayuda a ganar amplitud articular en aquellos pacientes que la han perdido por diferentes motivos y a calmar los dolores consecuencia de desequilibrios musculares.
La fisioterapia también se encarga de trabajar las estructuras blandas que rodean a la articulación temporo-mandibular, para que la adaptación de la persona al aparato de ortodoncia o a la férula de descarga sea mejor.
Podemos resumir las principales ventajas de contar con un fisioterapeuta junto a tu odontólogo en la siguiente lista:
- Devuelve la funcionalidad y la movilidad de la articulación temporo-mandibular y de la columna cervical, conectada a la misma.
- Consigue que la apertura de la ATM sea completa y adecuada, así como otros movimientos propios, como son los laterales y los de protrusión-retrusión (proyección del maxilar inferior hacia adelante y hacia atrás, respectivamente).
- Normaliza y tonifica la musculatura implicada.
- Proporciona una alineación corporal adecuada.
- Reeduca al paciente para una correcta higiene postural.
¿Por qué surgen los problemas de la ATM?
Las patologías propias de la articulación temporo-mandibular pueden tener orígenes variados.
Sin duda, uno de los más comunes está relacionado con aspectos psíquicos y de tensión. Sobre todo si tenemos en cuenta el ritmo de vida frenético tan característico de nuestra sociedad. Unas tensiones emocionales que, incluso, se han agravado como resultado de la crisis sanitaria.
Este estrés hace que involuntariamente apretemos nuestros dientes, dando lugar a problemas como el bruxismo, que da la cara principalmente mientras dormimos.
La hiperactividad muscular continua, independientemente de su origen, es uno de los principales puntos de origen de estas molestias.
Las interferencias oclusales y los contactos prematuros, es decir, cualquier interferencia entre dientes que impida una mordida correcta, también están entre las causas de las visitas a los fisioterapeutas.
Por otra parte, tenemos la ausencia de piezas dentales. Estas hacen que al realizar la mordida, no se distribuyan por igual las fuerzas entre las diferentes zonas de la boca.
Entre las responsables de las dolencias en la ATM también tenemos las enfermedades sistémicas, como la fibromialgia y la artritis reumatoide. Factores de riesgo, sobre todo en mujeres entre los 30 y los 50 años de edad.
Por último, están los golpes violentos en la mandíbula, así como la adquisición de malos hábitos (morderse las uñas o masticar chicle excesivamente) y el consumo de ciertos medicamentos.
Principales síntomas por los que debes acudir a un fisioterapeuta de la ATM
Por fortuna, puedes detectar la presencia de problemas en los que puede ayudarte tu fisioterapeuta conjuntamente con tu odontólogo. Podemos hacer una recopilación de las señales más claras:
- Problemas en la apertura de la mandíbula: esta se muestra desviada, no puedes abrirla por completo o realizar movimientos laterales con naturalidad.
- Presencia de ruidos crepitantes en la articulación.
- Se presentan dificultades en el habla, la masticación o la deglución.
- Aparición de molestias y dolor al palpar la zona.
- Dolor de cabeza, migrañas, en el cuello, hombros u oídos.
- Pitidos en el oído.
- Sensación de rigidez y tensión en la mandíbula.
- Desgaste en el esmalte de algunos dientes y la consecuente hipersensibilidad asociada.
- Problemas de audición y de vista.
- Mareos.
¿Cómo te ayuda la fisioterapia a tener una correcta salud bucodental?
¿De qué formas intervendrá nuestro fisioterapeuta para solucionar los problemas en la articulación temporo-mandibular?
Básicamente, podemos decir que realizará tratamientos que consisten en masajes y ejercicios de diferentes características (relajación de la musculatura, movimientos de rotación, estiramientos, correcciones posturales).
Además, la aplicación de frío y de calor en la zona es un recurso muy común, ya que alivia el dolor y favorece una mayor movilidad. También puede ayudar la toma de medicamentos bajo supervisión médica, así como la ayuda psicológica profesional en los casos en los que el estrés sea el principal responsable.
Por supuesto, los tratamientos odontológicos, como la ortodoncia, la colocación de implantes o el uso de férulas de descarga también suelen acompañar a las acciones del fisioterapeuta.
Resumimos los ejercicios de la ATM más habituales en:
- Apertura y cierre colocando la lengua en el paladar.
- Ejercicios de movilidad lateral, así como hacia adelante y hacia detrás.
- Ejercicios isométricos.
- Forzar la apertura de la boca y de lateralidad con la ayuda de los dedos.
- Ejercicios de apertura y lateralidad contra una resistencia.
Esperamos que, tras haber leído este artículo, te haya quedado más claro como la odontología y la fisioterapia trabajan conjuntamente por tu salud y bienestar. En Coinsol contamos con profesionales de ambas disciplinas.
De esta forma, recibirás un tratamiento integral en el mismo centro. Con ello, la comunicación entre estos especialistas es mucho más fluida, teniendo mejores resultados en el menor tiempo posible. ¿Nos cuentas tu caso y trabajamos en equipo para ti?
Dra. Belén Cayrasso. Especialista en fisioterapia en la articulación temporo-mandibular.